A veces me planteo si no hubiera sido mejor que aquel mono que bajó del árbol y comenzó a caminar erguido, se hubiera partido una pierna en el intento y hubiera subido al árbol de donde bajó, porque quizá aquel mono no era el animal más racional para evolucionar, o quizá aquel no fuera el momento.
26 de enero 1993
Hace 24 años que ya dudaba de la idoneidad del hombre como especie y aún no había visto ni la mitad. Ahora ya no me lo planteo. Lo sé.