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Un año por delante. Saludo al año nuevo. Volvemos a empezar

Un año por delante

Pasado el tsunami de las navidades volvemos a la normalidad de la vida. Se acabaron las comilonas del fin de los días y el ajetreo en busca del regalo perfecto. Volvemos al orden de la rutina cada uno con su dosis de incertidumbre, caos o sorpresa. Al fin y al cabo eso es la vida.

¿Lo es?

Tenemos todo un año por delante, bisiesto nada menos. Quizá en mente algún propósito, proyecto o idea que llevar a cabo. Yo aún no los tengo del todo claro. Es el problema de tener muchos frentes abiertos; cuesta centrarse. Al menos las prioridades están claras. Sé lo que espero del año, pero como las cosas no vienen solas, sé en qué debo trabajar para lograr mis metas a medida que las concrete.

Seguiré en la cocina haciendo las recetas que me apetezcan. Ya ves lo golosa que soy aunque de verdad que también cocino salado. Las tartas seguirán siendo un objetivo a mejorar porque ahora que les he cogido el punto me tienen enamorada. Tengo una un tanto loca en la cabeza, a ver si logro prepararla a mi gusto. Y si esa no sale, será otra. No pienso parar.

Sin duda, la cámara forma parte de mí ya, y son muchas las veces que pienso, tengo que venir a hacer fotos aquí. Otra cosa es ir y volver a ver lo que me llamó la atención del lugar. A veces es tan solo la luz o el momento. Lo efímero, el instante que tras apenas unos segundos pasa para siempre. Solo si has estado atento lo has visto y con suerte capturado. Esa fotografía me apetece mucho ahora. Si me ves por la calle, sonríe porque estaré en mi salsa y saldrás mejor en la foto.

Y cómo no, seguiré poniendo una palabra tras otra en mis relatos. Tengo varios en el tintero o esbozados en mis libretas. Se me acumulan las palabras, los días, la vida. Tanto por contar.

2019

2019

Y llegó la Navidad, las fiestas, el balance de cómo nos ha ido y 2019 en puertas. El año nuevo suelo plantearlo como un comienzo cada vez. A mí me gusta verlo así. Esta ocasión y con la curiosidad que me caracteriza busqué qué se conmemora según la Organización de Naciones Unidas en el próximo año y encuentro que está compartido entre tres. Tenemos pues que 2019 es el año internacional de:

Por un lado tenemos la Moderación. Me la imagino como una señora de mediana edad que viste de forma conjuntada en unos tonos coral en concordancia con el color del año según Pantone. Todo va de la mano. La mujer con las joyas justas y sobre unos tacones moderadamente sanos pero con dos centímetros más por la coquetería que compensa su moderada altura. Le cuesta ser comedida en eso.

Pide que comamos y bebamos en honor a ella aunque guiña un ojo sabiendo que un homenaje también cabe. Espera en el fondo que llevemos su medida pero que nos la saltemos en colaboración y amor a los otros. Es generosa y ahí no tiene límites. Insiste, con razón, en su presencia contra el extremismo en la sociedad. Está al tanto de cómo vamos y ha decidido irrumpir en nuestras vidas en un intento de fomentar la paz y la seguridad. Bienvenida sea pues esta amable señora.

Por otro lado, la química estará presente. Era una de mis asignaturas favoritas. Formular era tan entretenido como los crucigramas. Se le dedica el año a la Tabla Periódica de los Elementos Químicos por varias razones, que se resumirían diciendo: ¡qué buenos 150 años llevamos y seguimos en el camino para aportar soluciones para el Desarrollo Sostenible! Un olé para esos químicos del futuro.

Nuestro tercer compañero para 2019 son las Lenguas Indígenas. Su conservación y revitalización estarán también presentes. Sirva como dato que de las 7.000 lenguas existentes, el 96% de ellas las utilizan solo el 3% de la población mundial. Hay mucho trabajo por delante.

Así que seamos moderados y sea cual sea la lengua empleada tengamos la mirada puesta en el planeta y su sostenibilidad.

Permítanme el punto friki, por favor. Blade Runner, la mítica película de 1982, transcurre en noviembre de 2019. Ya lo verán en las noticias y dirán: eso lo he oído antes.

Te deseo que las fiestas sean dulces y entrañables. Que brindes desde el corazón y agradezcas lo bueno vivido. Di al menos un te quiero que no sea habitual y abraza estrujando a esa persona. «Todo lo que no es dado es perdido.» (Proverbio indio)

Feliz 2019 y gracias por estar ahí.

A por el 2018

A por el 2018

Llegó el momento de la felicitación navideña. Para mí es algo más que enviarte buenos deseos. Es dedicarle tiempo a pensarla, redactarla y animarla. Lo hago porque me entusiasman estas fechas. ¡Yo voy a por el 2018!

Se acaba el año y hacemos balance recordando lo vivido. Si tuviera que resumir el año con una palabra sería adiós. Mi padre falleció. No diré que nos dejó porque luchó para no hacerlo mientras tuvo aliento. No, no nos dejó por todo lo que nos dio. Mis recuerdos y momentos con él son míos para siempre.

Un año más vieja o con más experiencia, como quieras verlo, pero un año viva, un año nuevo por delante y más cosas por hacer.

En la felicitación tú verás una bola de nieve en lo que para mí es una muestra de amistad y cariño.

Espero que te guste.

A por el 2018

Haz clic aquí para verla.

 

el globo terráqueo

El globo terráqueo

La pequeña Lucía jugaba huyendo del aburrimiento con el viejo globo terráqueo de su abuelo. No sé cómo aún se mantenía en su pedestal y era capaz de girar sin salirse del eje. El abuelo siempre decía que no era un objeto para la estantería sino un juguete más. Sus ojos brillaban cuando ella le daba vueltas y lo paraba intentando acertar, al menos en tierra, mientras permanecía con los ojos cerrados. A veces él le pedía que parase el globo en un país concreto. Menuda fiesta hacían entonces. Era la niña de 6 años que más sabía de geografía.

Yo estaba en la cocina haciendo unas galletas para celebrar la semana que había pasado y de repente los oí gritar: ¡México! Carcajadas brotaron de sus gargantas y luego nombraban otros países de la zona. Eran dos chiquillos felices, con una gran diferencia de edad; 80, nada menos, pero a veces no sé quién era más adulto. Cuántas buenas tardes, cuántos recuerdos en torno a ese globo. Quizá con algún año más jugué del mismo modo. Me encantaba verlo girar, descubrir países y mares. Pasar mi dedo por las costas y soñar cómo sería ir allí. Mi padre me contaba historias de lugares remotos, de países al otro lado del mundo.

La lluvia cesó y Lucía vino corriendo a pedirme que la dejara salir con sus botas de agua a pisar charcos. Quería estrenarlas desde su cumpleaños pero no había llovido. Un otoño seco. Asentí con la complicidad del abuelo que también había venido en apoyo de la pequeña. Apenas un minuto después ya se había calzado sus botas azules de agua e intentaba ponerse el abrigo mientras un paraguas hacía equilibrio en su otra mano.

Seguí con mi tarea. Me estaba costando más de lo que pensaba porque no tenía el molde que quería para hacer una galleta especial. Una que llevaría un mensaje muy esperado: en unos meses, Lucía tendría un hermanito.

 

 

Fin de año

Fin de año

Se acaba otro año. De fondo, el árbol de Navidad nos acompaña y me ilusiona igual que cuando era pequeña. Adoro la noche de fin de año desde que tengo recuerdos. 2016 se despide al tiempo que 2017 asoma la nariz curioso por ver cómo le recibimos. Por mi parte puede estar tranquilo porque siempre les espero con los brazos abiertos, pero mejor que no vea lo que le hago al que se va por si se arrepiente y no viene.

Al principio están los cacareados propósitos de año nuevo, que muchos se plantean más por imposición que por intención. No sé tú pero para mí es cansino ya. Para el 2016 me planteé proyectos y lo mejor es que los he cumplido. Estoy tan contenta que ya estoy pensando en nuevos retos para el próximo.

En realidad no deberíamos esperar a que llegue un año para proponernos metas, ni poner el veloz paso del tiempo como excusa para no empezar algo. No todo está en nuestra mano pero hay mucho que sí; tenemos que ser conscientes y actuar. Mañana es otro día perdido si no hemos empezado hoy.

Tocan también los balances, pasar páginas de la agenda revisando hechos o echar la vista atrás recordando momentos, añorando al que no está. Es entonces cuando recuerdo el ritual del calendario que ya es tradición familiar y voy corriendo a por él para que no se me quede atrás. Tras las campanadas y los achuchones llega su momento: eliges el mes que más rabia te da y lo lanzas por la ventana en añicos. Es mi serpentina particular. Al final cae todo el año, pero el primero, ¡ah! ese va con auténtica rabia. No es por suerte, es por justicia.

Elige y disfruta del 2017 logrando tu nuevo reto. Feliz Nochevieja.

felicitación navideña

Felicitación navideña

Clic para ver la felicitación navideña

Me encanta el momento de la felicitación navideña. Pensarla, diseñarla, llevarla a cabo es todo un proceso de días que disfruto mucho. Además aprovecho para desarrollar proyectos en los que quizá no me metería, como son las animaciones. Me lo he pasado pipa y he aprendido cosas. Poco más se puede pedir; bueno sí, que te guste.

Se acaba 2016, es un hecho. Ha sido un año duro en algunos aspectos y en otros absolutamente gratificante. Así que daré las gracias por ambos. Por haber podido sobrellevar lo malo con fuerza y todo el ánimo del mundo. Las gracias por toda la buena gente que me rodea y su cariño. No se imaginan lo importantes que son.

Gracias hasta el infinito por quien ha hecho posible que mi blog flote en la inmensidad de Internet. Gracias a ti que me lees, que cocinas lo que yo o que observas ese momento que quise compartir.

Ahora que ya queda poco del año miramos hacia atrás para hacer balance o aprender de errores. Nos damos cuenta de lo rápido que ha pasado, de su intensidad. Pensamos en cómo empezó y lo que hemos avanzado o en algunos casos, tristemente, retrocedido. Miramos hacia el que viene con las esperanzas puestas en que nos sea propicio, que venga lleno de buenas cosas y de prosperidad. Sin embargo observo que muchos piden la luna sin poner siquiera una escalera para alcanzarla. Nada es gratis.

No pediré que 2017 me sonría, me basta con que no me haga llorar. De sonreír ya me ocupo yo por ejemplo, cuando nuestra querida Nuala hace algo una vez más sorprendente. Es fantástico que casi cada día consiga hacerme reír, a veces a carcajadas. Gracias a ella también por dar tanto y por esos paseos divertidos.

Ya solo me queda pensar en mis proyectos para 2017. Siempre adelante. Siempre optimista.

Felices fiestas como decidas pasarlas, donde y con quien estés. Feliz 2017. Bienvenido año nuevo.

Mis gafas rojas sobre el pc

Todo llega cuando debe hacerlo

Fue entonces cuando al fin, cogí un lápiz y unos viejos folios que llevaban tanto tiempo esperando por mí que crujían con cada palabra. Todo llega cuando debe, no antes.

Les conté de historias en lugares que tan lejanos eran que dudo que realmente existieran. Les hablé de gentes tristes que miran al cielo cada día esperando que les cayera el maná; de gentes que no levantan la cabeza del suelo y van y vienen cada día sin nada que esperar, sin ilusión, sin vida realmente. Marionetas huecas que abandonadas esperan que algún día alguien coja su cruceta y les lleve a otro escenario, pero pasan los días, los meses, los años y esa mano poderosa no llega. Y ya son viejos y no hay vuelta, no hay fuerza para levantar la cabeza y ver que ya no tienen ni hilos pero ellos siguen sintiéndose marionetas cuando en realidad son libres pero no saben cómo se hace. Tristes de su realidad seguirán con su rutina de cabezas gachas hasta el fin de sus días.

Escribí entonces de mundos reales, de personas que ríen y lloran, más lo primero que lo segundo. De personas que en su definición de ser, una de sus primeras palabras es feliz. Incrédulos se aferraron a esas historias.

Fue entonces cuando corté mis hilos, levanté la cabeza y vi el sol. El viento me dio por primera vez en la cara. Todo llega. Ahora cuento lo que quiero, lo que me nace, lo que me obligo. Real o no, eso no me importa.

Escribo porque ahora tengo tantas palabras dentro que debo enlazar en frases para hacer hueco a nuevas palabras, a nuevas historias que se me arremolinan y poder plasmarlas en mis nuevos folios. La madeja es grande. Empezaré a tirar del hilo a ver qué sale; espero ser capaz de quitar tantos nudos enquistados después del tiempo en maceración. Siento la tardanza, pero las cosas salen cuando tienen que salir, no antes.

Bienvenidas palabras.