Arde mi isla. Incendio en Gran Canaria.

Arde mi isla

Arde mi isla. Gran Canaria pasa la noche coronada en fuego. A mí se me encoge el alma. El fuego avanza aún imparable.

Dos mil hectáreas hablan en las noticias. Imágenes sobrecogedoras. Familias que abandonan temblorosas sus casas. Otros preparan las maletas y recogen lo necesario por si en la noche deben huir. No creo que duerman. Yo no podría.

Los optimistas dicen que lloverá, que el frío viene para amedrentar las llamas. Llamas de un fuego gigantes como molinos. Llamas que solo desde el aire pueden ser combatidas pero habrá que esperar al día. La noche será larga, será lenta.

El humo, visible ya desde la isla de enfrente e incluso algún satélite ya lo registró. Humo que ya por la tarde teñía de rojo al sol. No daba crédito al verlo.

Cae la noche y el naranja intenso del fuego se hace más visible, más grande, más temible. Llegan fotos de varios puntos, varios focos. Frentes agresivos. Más me encojo. Fotos de zonas quemadas y ya lloro. Arde mi isla. Algo bueno en esto y que me conmueve: gente que abre sus casas para que las familias desalojadas tengan un sitio o quien ofrece espacio en su finca para albergar a los animales hasta que esto pase. Gracias.

Arde mi isla. No por mía, sino yo de ella. Gran Canaria arde, otra vez.

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