82 años Munguía el cartero

82 años de Munguía, el cartero

Quisiera ser tan alto como la luna… ¡Cómo se nos queda en la memoria ese cancionero aprendido cuando éramos niños! Llevan impresos olores y sabores únicos. Nunca nos vuelve a saber nada como entonces, aunque pasen muchos años siempre recordaremos eso. Es curiosa la memoria, caprichosa incluso.

Hoy cumple 82 años un hombre. Un hombre que ha dado su vida por sus hijos. Un hombre de sonrisa fácil, con un chiste o una anécdota siempre lista para contar a quien quiera escuchar. Alguien amable con todos que no entendía las cosas mal hechas. Hijo de posguerra disfrutaba ante un buen plato en la mesa y siempre tenía un hueco para más.

Los años pasan, su vida se hace plena y aunque no se hablaba de crisis, con un sueldo no bastaba para alimentar a la prole. Un trabajo de mañana y otro de tarde. Yo corría a darle un beso cuando llegaba. Él era feliz. Yo era feliz. Sin tiempo para dar más. Los deberes eran cosa mía, ni podía ni sabría cómo ayudarme. Su acceso al colegio se limitaba a lo que podía escuchar a través de la pared de su habitación que daba a la escuela, siempre que no tuviera que ir a trabajar al campo. No era esclavitud, era lo que había. Aún así, aprendió a leer, a escribir y con los años hasta hizo algún curso a través de la radio.

De profesión cartero. Dame una dirección y llegaré. Eso lo aprendí de él. Me enseñó a usar un callejero, a ver un mapa. A no perderme si sabía a dónde tenía que llegar.

Ahora soy yo quien le guía. Los años no perdonan. Nunca fue de pedir ayuda, decir te quiero, o de quejarse. Pero su molido cuerpo hoy sí se queja, aunque su alma sigue siendo joven, quizá por ansia de vivir quizá por no reconocerse ante el espejo. Supongo que siempre nos quedan cosas por hacer y nunca queremos pensar que esto se acaba, todavía no, es pronto…

Hoy, ese hombre al que quiero, cumple 82 años. Felicidades papá.

Compártelo si te gusta