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Focaccia

Focaccia 2.0

Hace ya un tiempo publiqué una receta de focaccia que estaba muy rica. Sin embargo, no paro de hacer otras recetas y de probar cosas nuevas, así que traigo una focaccia 2.0 ¿En qué se diferencia? Lo principal es que esta lleva grasa en la masa. También aquí he usado una mejor harina que la de entonces que era de supermercado. Todo suma. Y lo que la hace menos pesada es el uso de salmuera en lugar de aceite.

Así que larga vida a la focaccia 2.0

  • Ingredientes

    • Prefermento la noche anterior
    • 70 g harina panificable
    • 35 g agua
    • 0,1 g levadura fresca
    • Masa
    • Todo el prefermento
    • 250 g harina
    • 175 g agua
    • 5 g sal
    • 20 g mantequilla sin sal
    • 20 g AOVE
    • 1 g levadura fresca
    • Salmuera
    • 10 g AOVE
    • 40 g agua
    • 1 cucharadita sal
  • Raciones: 2

  • Duración: 20 h

  • Dificultad:

 

Elaboración

Esta receta de focaccia 2.0 se puede hacer a mano o con máquina. Yo usé panificadora, pero el proceso es el mismo.

Prefermento

El prefermento se prepara la noche anterior. Mezcla los ingredientes hasta que no quede harina seca y deja fuera de la nevera. Con 8 o 10 horas es más que suficiente. Lo ideal es que esté alrededor de 23 a 25 grados. Si hace más calor el tiempo se reduce.

Amasado de la focaccia

Metí todo en la máquina y le di un breve amasado. Lo suficiente para que fuera masa seguido de un reposo de 15 minutos.

Amasado de 20 minutos y reposo de 10.

Otro amasado de 20 minutos y ya pasamos a la primera fermentación que se hace en una cubeta rectangular tapada. Aquí la dejé que arrancara y pasé a la nevera unas 6 horas. Lo bueno es que el tiempo ajustable según necesites.

Formado de la focaccia

Saca de la nevera, desgasifica levemente y divide la masa en dos. Forma bolas y deja que reposen 10 minutos.

Ahora con cuidado estira la masa formando un rectángulo, digamos que de 35 x 20 para que te hagas una idea, y pliega en tres, llevando cada uno de los lados al centro.

Prepara las bandejas del horno con papel sulfurizado o silicona, lo que prefieras, y echa un poco de aceite. Coloca la masa y marca las puntas de los dedos por toda la masa.

Prepara la salmuera y rocía la masa.

Deja que repose una hora. Habrá aumentado notablemente de tamaño inflándose. Repite el marcado de dedos y rocía con salmuera.

Añade lo que te apetezca. Aquí es al gusto. Yo puse tomatitos cherry, queso curado de cabra y aceitunas.

Horneado

Enciende el horno a 240° y cuando esté caliente mete las dos bandejas solo con aire para que se hagan a la vez sin quemarse. Las tuve 15 minutos, hasta que se doraron. Estaban deliciosas.

Notas

La receta es de Daniel Jordá y la he adaptado a mis tiempos. La nevera para eso es nuestra aliada.

Si quieres hacer la focaccia del tirón, puedes hacer todo el proceso de amasado y fermentaciones seguidas. Calcula que necesitarás unas 5 horas si la temperatura está alrededor de los 23 grados. Ojo, el prefermento siempre necesitará unas horas.

Repecto a la harina, usé tritordeum, un cereal obtenido de la mezcla de trigo y cebada porque quería probarla. Puedes usar harina panificable o incluso mezclar con fuerza.

Puedes hacer una sola pieza que te ocupará la bandeja del horno y así hacer un horneado con calor arriba y abajo.

También hay quien prefiere hornearla en un molde, pero a mi gusto queda muy gruesa.

Para mí el grosor que quedó es perfecto, pero es cuestión de gustos. Espero que te animes a prepararla y la disfrutes tanto o más que yo.

Miga de la focaccia

 

Bagels caseros

Bagels

He leído muchas recetas y tras hacer una de ellas noté que los bagels no tienen mucho sabor. La textura exterior me encantó y la miga tiene un punto gomoso que al principio llamó mi atención pero que tiene su gracia.

Esta receta se basa en una de Gluten Morgen, con alguna modificación.

Para conseguir un punto más de sabor he hecho una biga y he dejado que la masa fermente en bloque en la nevera unas ocho horas. Después de todo, el sabor ha mejorado, así que recomiendo dedicarles ese tiempo extra.

Si los quieres hacer del tirón, puedes hacerlos, pero el sabor será más plano, aunque con un buen relleno y recién hechos, se disfrutan igualmente.

 

  • Ingredientes

    • Biga
    • 100 g harina panificable
    • 50 g agua templada
    • 0,03 g levadura seca
    • Masa
    • 450 g harina panificable
    • 50 g harina de fuerza
    • 5 g levadura seca
    • 10 g sal
    • 30 ml aceite suave
    • 20 g miel
    • 1 clara de huevo M
    • 140 g agua
    • 140 g leche entera
    • Escalfado
    • 2 l agua
    • 1 cda. bicarbonato
    • Pincelado
    • 1 yema de huevo M
    • Leche entera
    • semillas al gusto
  • Raciones: 10

  • Duración: 16 a 24 horas

  • Dificultad:

 

Elaboración

Biga

La biga es un prefermento que nos aporta principalmente sabor. Mezcla en un bol que puedas tapar, la harina, el agua y la pizca de levadura indicadas para la biga. No hace falta hacer masa, basta con hidratar la harina y que quede como trozos. Deja toda la noche, unas 8 horas a temperatura ambiente, 20º C. Por la mañana huele y disfruta; a mí me chifla su olor.

Amasado

Por la mañana, amasa la biga con los ingredientes indicados para la masa. La leche y el agua mejor que estén templados, a temperatura corporal es suficiente. Unos 10 o 15 minutos de amasado con la panificadora serán suficientes. La masa debe quedar lisa y uniforme.

Hacemos una bola y pasamos a un bol ligeramente untado con aceite. Dejamos 20 minutos reposando y metemos en la nevera unas horas, entre 3 y 8 serían suficientes para intensificar el sabor.

División y formado de la masa bagel

Sacamos la masa, dejamos atemperar 20 minutos y la pasamos a la mesa de trabajo. Desgasifica suavemente, pesa la masa y divide. Yo hice 10 piezas de 102 g.

Formamos bolas con cada una de las piezas. Las tapamos con un paño 10 minutos.

Pasado ese tiempo, hacemos el agujero en el centro con el pulgar. Luego lo agrandaremos con los índices. Haz el agujero mayor de lo que quieres que quede porque tenderá a cerrarse.

Coloca los bagels formados en una bandeja con papel de horno o lámina de silicona, ligeramente enharinada y deja que aumenten su tamaño. Dejarlos duplicar es un riesgo de sobrefermentación, así que cuidado con excederse. Como siempre, te recomiendo que hagas una foto cuando los pongas y así ver claramente cómo crecen. Una hora en mi caso sería suficiente.

Enciende el horno a 200º C.

Escalfado de los bagels

Cuando vayan alcanzando el punto de levado, pon un par de litros de agua al fuego en un caldero que te permita poner un par de bagels y darles vuelta. Añade el bicarbonato.

Mete los bagels entre 60 y 90 segundos en el agua hirviendo, pero baja el fuego para que no esté a borbotones. Dales la vuelta durante ese tiempo. Escurre y pasa a la bandeja del horno con papel de horno o lámina de silicona.

Verás que la textura exterior de la masa ha cambiado como creando una costra. Es así como debe quedar.

Pincela con yema batida y leche. Si quieres espolvorea las semillas que prefieras: sémola o amapola, por ejemplo.

Horneado

Cuando el horno alcance los 200º C mete la bandeja y hornea hasta que estén dorados, 20 minutos en mi caso. Apaga, abre la puerta del horno y mete una cuchara de palo para que quede entreabierta. Deja 5 minutos así.

Pasa los bagels a una rejilla y deja enfriar al menos un poco antes de comerlos. Lo más habitual es rellenarlos y tanto con dulce como con salado están deliciosos. Para mí lo mejor es la corteza.

Notas

Si los quieres hacer del tirón un día de capricho, olvida la biga y mezcla los ingredientes. Deja que fermente en un bol hasta que doble, será entre una y dos horas a 20º C. Desgasifica, divide en piezas, bolea, reposo de 10 minutos, formado, reposo hasta que casi doble, baño y horneado. Calculo que en unas 4 horas los tendrás para comer. Siempre dependerá de la temperatura ambiente.

Pan de muerto

Pan de muerto

En septiembre aprendí a hacer pan de muerto y me gustó mucho. Lo conocía pero no había tenido ocasión de probarlo, así que ya puestos decidí que fuera mi receta para Halloween de este año tan raro que vivimos. Un pequeño homenaje desde aquí a todos los que el Covid se ha llevado.

El pan de muerto se puede hacer del tirón, pero siempre que es posible, prefiero darle tiempo porque he aprendido que la paciencia tiene sabor y recompensa.

La receta es de Daniel Jordá, una de las tantas que nos ha enseñado y de las muchas que espero que vengan.

No te diré que es fácil. Hay que estar muy atento y no tener prisa.

  • Ingredientes

    • Prefermento
    • 30 g agua
    • 0,1 g levadura seca
    • 50 g harina de fuerza
    • Reposo 8 horas a 20 / 22 ºC
    • Masa
    • 250 g harina de fuerza
    • 60 g azúcar blanca
    • 6 g sal
    • 75 g huevo
    • 50 g leche entera
    • Todo el prefermento
    • 7 g levadura seca
    • 85 g mantequilla sin sal
    • Ralladura de una naranja
    • 5 a 10 g licor (o agua de azahar)
  • Raciones: 2 panes de 300 g

  • Duración: 36 horas

  • Dificultad:

 

Elaboración

Vaya por delante que este pan de muerto se puede hacer a mano, pero yo lo he hecho con ayuda de mi robot de cocina. Si te animas a amasarlo tú, la incorporación de ingredientes lleva el mismo orden, salvo con la mantequilla que la puedes poner más de golpe. Puedes ayudarte de un palo para el estirado de la masa y la incorporación de ingredientes.

Prefermento lento para el pan de muerto

La noche previa a cuando quieras amasar, mezcla con el agua, la levadura y luego la harina. Se te formará una bola durita. Déjala en un táper cerrado durante unas 8 horas* a temperatura entre 20 y 22º C máximo. Esta vez la dejé 13 horas porque puse menos levadura y hacía fresquito.

Por la mañana estará aireado y la con la parte superior abombada hacia arriba.

 
Amasado del pan de muerto

Todos los ingredientes deben estar fríos para que la masa vaya mejor a lo largo de todo el proceso.

Comenzamos pesando y cortando en trozos la mantequilla. La dejamos en la nevera.

Vamos a empezar la mezcla con ayuda de la pala del robot de cocina, harina, sal, azúcar, prefermento, levadura, huevo y la leche. Batiremos hasta conseguir el desarrollo del gluten, necesité unos 25 minutos de amasado dejando algunos minutos de reposo para que la masa se relajara.

Recuerda hacer la prueba de la membrana tras un reposo para asegurarte que el gluten está desarrollado y nuestro pan de muerto tenga estructura para aguartar la mantequilla. Para hacer la prueba, coge un trocito de masa y empieza a estirarlo haciendo como un cuadrado. Debes poder estirarla hasta dejarla muy fina, ver como hebras que cruzan la masa y al romperse debe harcerlo formando un círculo.

Metemos en la nevera el bol con la masa y el gancho, con el que trabajaremos a continuación, durante 10 minutos.

Continuamos el proceso con el gancho y a velocidad baja. Dejamos que la masa se haga bola en el gancho y vamos a ir añadiendo trozos de mantequilla poco a poco. Es importante que la masa no se suelte ni se desparrame por el bol. Si eso empieza a pasar, para el proceso y mete el bol con todo en la nevera 10 minutos.

Una vez incorporada toda la mantequilla, amasa unos minutos más. Incorpora la ralladura de naranja y el licor o agua de azahar. Yo puse 4 g de ron y 4 de agua de azahar. La masa tendrá un aspecto así:

Deja que repose en un bol tapado hasta que arranque el levado, serán unos 45 minutos y deja tapada en la nevera hasta el día siguiente.

Día del horneado

Por la mañana, saca la masa y deja atemperar entre 30 minutos y una hora, el tiempo dependerá de lo que tarde es dejarse manipular. Es una masa con mantequilla y estará durita, pero se maneja bien.

Mi masa en conjunto pesó 600 g y la dividí en dos piezas de 300 g. De cada bola saqué dos piezas de 25 g para los huesos que se cruzan y 5 g para la cabeza. Esas 6 piezas déjalas en la nevera mientras formamos con suavidad cada bola y la dejamos ya en la bandeja donde vayamos a hornear.

Para hacer los huesos según salen de la nevera, estiramos la pieza y marcamos tres dedos en la tira como se ve en la foto. De esta forma el centro del hueso queda plano para que se crucen las dos tiras y la cabeza quede bien encajada. La hacemos rodar mientras marcamos. Colocamos y pincelamos con huevo sobre la bola de masa. Repetimos con la otra tira y la cabeza será solo la pieza de 5 g redondeada. Pon unos granitos de azúcar que ayude a pegarla. Pincela todo con huevo. Deja el pan de muerto ya montado en un lugar sin corrientes como el horno apagado y espera hasta que casi doble su tamaño. ¿Cuánto tiempo? Pues dependerá de la temperatura que tengas. Yo lo he dejado 3 horas y hubiera ido mejor si lo hubiera dejado más porque me greñó un poco.

Cuando haya incrementado bien su tamaño, enciende el horno con calor arriba y abajo a 160º C. No lleva vapor ni aire.

Hornea hasta que se dore bien. En mi caso necesité 28 minutos.

Saca y deja enfriar en una rejilla. Tradicionalmente el pan ya horneado se pincela aún caliente con mantequilla y azúcar, pero me gusta más tal cual.

Notas

* Para el prefermento puedes jugar con la cantidad de levadura, seca o fresca, en función de la temperatura y el tiempo que puedas dejarlo.

Asegúrate de que se forme bien el gluten. Insisto en ello porque de no lograrlo el pan no tendrá la estructura suficiente para soportar la mantequilla y se quedará plano. He visto elaboraciones en las que los aplastan, pero me quedo con los redonditos.

La miga tendrá un aspecto así y ya verás que no podrás parar. En casa no dura mucho, pero hasta el día siguiente me ha aguantado bien.

Pan de muerto

trumisús o trufas de tiramisú

Trumisús, trufas de tiramisú

Esta receta de hoy, nace de un reto de varios blogueros para darle la vuelta a un postre. Se trata de crear a partir de una propuesta de unos de nosotros y con ciertos requisitos, un postre diferente. Algo así como una deconstrucción reconstrucción.

La primera vuelta que vamos a dar será al tiramisú, y debemos emplear para ello mascarpone, café y bizcochos de soletilla. De todo lo que se me ocurrió, esta es mi propuesta: unas trufas de tiramisú, a las que he bautizado como trumisús. Suaves y ligeras bolitas de crema de mascarpone con sabor a café y bizcochos sutiles, con un corazón de crema de cacao y redondeadas en cacao en polvo. ¿A que suena bien? Pues son muy fáciles de hacer y no requieren nada especial, así que lánzate a por ellas.

Como resultado del reto de tiramisú surgieron estas ideas tan variadas:

- Tartaletas en De flores comestibles  

- Gofres en Panes con garra 

- Helado en La cocina de Tesa

- Milkshake en Mi toque en la cocina

- Polos en El zurrón de los postres

- Repostería con emoción  presentó un Trifle

- Y mis Trumisús: trufas de tiramisú, de las que tienes la receta a continuación.

 

 

Elaboración

  1. Saca el mascarpone un rato antes de la nevera para que se ablande.

Trituramos los bizcochos de soletilla hasta lograr un polvo fino. Reservamos.

Mezclamos el mascarpone con el azúcar con ayuda de una espátula. Añadimos el café soluble y seguimos mezclando. Solo hace falta remover con movimientos envolventes un par de minutos en total. Añadimos los bizcochos en polvo y unificamos la mezcla.

Como hace calor,  es aconsejable meterlo en la nevera durante unos 20 minutos.

Pasado ese tiempo la masa estará fría y nos permitirá trabajarla mejor. Coge porciones iguales de masa, puedes pesarla si eres como yo y no logras hacer dos iguales, y forma bolitas. Cada una pesó 15 g en mi caso. Coloca un film transparente o papel de horno sobre un plato para que no se peguen las bolas de masa.

Una vez tengas todas las bolas, déjalas en la nevera otros 20 minutos.

Para rellenarlas con la crema de cacao se me ocurren dos opciones:

1. ponerla en una manga pastelera con una boquilla redonda de para rellenar las trumisús con cuidado pinchando por debajo.

2. puedes hundir un poco el centro de la bolita, rellenar y cerrar con cuidado. Bolea con cuidado si ha perdido la forma.

Cuando acabes con todas, déjalas en la nevera otro rato.

Finalmente, echa un par de cucharadas de cacao en polvo en un cuenco y mete una a una cada bolita para que se impregne; cógela y sacúdela para eliminar el exceso. Así tendrás unas deliciosas trumisús lista para comer.

Se conservan en frío.

Notas

* Hice los bizcochos de soletilla de café por capricho. No hace falta que te compliques tanto y prepara las trumisús con galletas compradas que tienen nombres varios según el país, en Italia savoiardi. 

** Tras cada fase las he tenido que meter en la nevera porque hacía calor y la crema se vuelve pegajosa. Si no es tu caso, puedes hacerlas del tirón y en media hora las tendrás listas.

El nombre, trumisú, surge porque ya puestos a idear una elaboración siento la necesidad de ponerle nombre y ese fue el que se me ocurrió combinado trufas y tiramisú: trumisús.

milhojas de espinacas y queso

Milhojas de espinacas y queso o spanakopita

Antes de empezar debo aclarar que no es un 'spanakopita' propiamente dicho. Hace tiempo leí la receta y me quedé con la base: espinacas y queso. Me sedujo la combinación y de ahí salen estas milhojas de espinacas y queso. Así que me puse manos a la obra con lo que me apetecía y el resultado es fabuloso.

  • Ingredientes

    • 1 paquete de pasta filo
    • 300 g queso feta
    • 400 g rulo de queso de cabra
    • 1 cebolleta
    • 3 manojos de espinacas
    • 5 hojas de albahaca fresca
    • mantequilla sin sal
  • Raciones: 10

  • Duración: 1 hora

  • Dificultad:

Elaboración

Picamos una cebolleta mediana y la echamos en una sartén con una pizca de sal. Debemos dejarla que casi se dore. Añadimos espinacas y albahaca cortadas. Removemos apenas dos minutos y reservamos.

Por otro lado, vamos echando en un bol grande el queso feta desmenuzado y el de cabra cortado en trozos. Añadimos la mezcla de la sartén y removemos todo junto para conseguir un relleno uniforme.

Encendemos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

Sobre una bandeja del horno con lámina de silicona o papel sulfurizado, extendemos tres hojas de pasta filo y con la brocha untamos ligeramente con mantequilla. Colocamos otro par de láminas y con cuidado vamos repartiendo la mezcla de nuestras milhojas de espinacas y queso.

Repetimos el proceso de las hojas de pasta filo para cubrir a mezcla: dos láminas, mantequilla, las restantes y mantequilla. Corta las raciones antes de hornear.

Metemos la bandeja al horno ya caliente durante unos 15 minutos o hasta que estén doradas.

Sacar y servir.

Risotto de queso azul y setas

Risotto de setas y queso azul

Ya sea un simple arroz blanco, toda una paella o este risotto de setas y queso azul que te cuento hoy siempre me apetece. Esos humildes granos tratados con cariño nos dan platos tan deliciosos como este. Sin demasiada complicación, pero con dedicación exclusiva, queda estupendo.

  • Ingredientes

    • 400 g arroz
    • 800 g caldo
    • 500 g setas
    • 1 pimiento verde
    • 1 cebolleta
    • vino blanco
    • aceite de oliva
    • 125 g queso azul
    • 40 g mantequilla
  • Raciones: 4

  • Duración: 30 minutos

  • Dificultad:

Elaboración

La realización no es complicada pero necesitamos disponer de caldo por un lado, una sartén para derretir la mantequilla y el queso azul cuando el arroz esté casi en su punto y un tercer caldero grande para preparar el risotto. Así que dispón todo esto antes de empezar.

Tras esa organización previa, comenzamos por picar la cebolleta pequeña y ponerla a fuego medio con un chorro de aceite de oliva. Picamos ahora el pimiento y lo añadimos a la cebolleta. Removemos a ratos mientras cortamos las setas en tiras largas de menos de un dedo de grosor. Cuando la cebolleta esté transparente incorporamos las setas. Tenemos que moverlo cada poco.

Una vez que las setas estén casi listas para comer, añadimos el arroz, mezclamos bien y echamos medio vaso de vino blanco. El fuego a 7 de 10. Revolvemos bien con las verduras y empezamos a echar cucharón a cucharón el caldo. En este paso sí tenemos que remover de continuo, y seguir añadiendo caldo para que el arroz se mantenga con líquido.

Mientras tanto, vamos derritiendo la mantequilla y el queso azul a fuego suave.

Seguimos con el risotto y cuando hayamos incorporado tres cuartas partes del caldo, probamos el arroz para ver si necesita más o no. Una vez que no esté duro le añadimos el queso que ya tendremos listo. Mezclamos bien y quitamos del fuego. Tapamos unos minutos y a comer.

No le añado sal porque con la del queso para mí es suficiente, pero eso siempre es al gusto. Si quieres añadirle más, ponla en el caldo si no tiene. Le va bien de pollo o de verduras, al que por cierto para este risotto de setas y queso azul me chifla que tenga buena presencia de puerro. Es un sabor fabuloso para estos arroces.

  • Trucos:

He encontrado arroz especial para risotto y va muy bien. Búscalo en tu supermercado.

El puerro como siempre sobra, córtalo en rodajas de un centímetro y congélalo. Así siempre tienes a mano. Solo hay que sacarlo y directo a lo que vayas a cocinar.

Bacalao a bras

Bacalao a bras

También llamado bacalao dorado es una sencilla receta que se prepara en poco tiempo y queda deliciosa, aunque con el bacalao quizá no sea objetiva porque me apasiona. Es un plato popular en Portugal, aunque por lo que he visto existen diferencias en la preparación según la zona. Unos ponen papas paja, otro más gruesas como yo, o no ponen huevo... En cualquier caso, este es el bacalao a bras que he preparado y me ha encantado.

  • Ingredientes

    • 4 papas (patatas)
    • 900 g lomos de bacalao
    • 2 cebollas tiernas
    • 1 diente de ajo
    • 3 huevos L
    • aceitunas negras
    • perejil
  • Raciones: 4

  • Duración: 45 minutos

  • Dificultad:

Elaboración

Pelamos y cortamos las papas en rodajas de algo menos de 1 cm de ancho. Las freímos en abundante aceite pero no muy caliente hasta que se doren. Reservamos dejando que escurran en papel absorbente.

Cortamos la cebolla en juliana y el ajo muy pequeño. Lo pondremos en una sartén a fuego lento removiendo de vez en cuando, aproximadamente 10 minutos. Luego colocamos encima los lomos de bacalao con la piel hacia arriba, tapamos y dejamos otros 10 minutos.

Pasado ese tiempo el bacalao debería estar hecho. Es fácil saberlo porque se separa con facilidad de la piel al tiempo que se deshace al moverlo. Lo sacamos, quitamos la piel y desmenuzamos.

En la sartén con la cebolla y el ajo, eliminamos el líquido que haya podido soltar el pescado, añadimos las papas y los huevos batidos. Mezclamos todo eso con cuidado y dejamos hasta que el huevo cuaje. Mientras tanto troceamos las aceitunas y reservamos.

Finalmente servimos el revuelto, encima el bacalao desmenuzado, las aceitunas y perejil picado.

El bacalao mejor desalado, por eso no añado ni pizca de sal. En cuanto a las aceitunas más que decoración hacen una combinación muy buena de sabor con el resto del plato, ¡no las dejes atrás!

Bollos suecos de cardamomo y canela

Bollos suecos de cardamomo y canela

Desde que vi la receta estaba como loca por hacerla pero no encontraba el momento. Por fin me puse a ello con mis pinches favoritos y el resultado fue estupendo. Estos bollos suecos suelen ser de cardamomo pero los he hecho mixtos añadiendo también canela. De hecho probé tres opciones para el relleno: solo cardamomo, solo canela y ambos. Me quedo con la conjunta, sin duda, y esa es la que traigo para esta receta de bollos suecos.

Lo curioso de esta receta es que desde el principio se trabaja con la grasa incorporada, que no es lo habitual para las masa tipo brioche como esta. La receta en la que me baso se la vi preparar a Ibán Yarza. Gracias una vez más por hacer que meter las manos en harina sea tan maravilloso.

  • Ingredientes

    • Para la masa
    • 390 g harina de trigo
    • 210 g leche entera
    • 75 g azúcar
    • 75 g mantequilla
    • 3,5 g levadura seca
    • 4 g sal
    • 1 cdta. de cardamomo
    • Para el relleno
    • 70 g mantequilla
    • 70 g azúcar moreno
    • 1 y ½ cdta. cardamomo
    • 1 y ½ cdta. canela molida
  • Raciones: 20

  • Duración: 3 horas

  • Dificultad:

Elaboración

El cardamomo que vamos a incorporar tiene que estar molido, pero solo las semillas del interior de la vaina, una cucharadita. Si tienes cucharas medidoras es la de 5 ml. Muélelas y reserva. Lo mismo para el relleno, en este caso serían unos 7 ml.

Comenzamos la masa de los bollos calentando la leche para derretir la mantequilla en ella. Cuando se haya enfriado añadimos la levadura y removemos. En un bol echamos un tercio de la harina y la anterior mezcla de leche. Removemos con una cuchara de madera hasta que se nos despegue del bol. Añadimos el resto de la harina, azúcar, sal y cardamomo. Seguimos removiendo con la cuchara hasta que ya esté todo integrado.

Pasamos la masa, que aún será un poco pegajosa, al espacio de trabajo limpio. Hacemos un amasado duro durante 7 o 10 minutos para que quede lisa. La metemos en el bol y tapamos para que fermente durante una hora. No es necesario que doble su volumen.

Relleno

Para preparar el relleno, mezclamos la mantequilla en punto pomada con los ingredientes indicados hasta tener una pasta homogénea.

Pasada la hora, espolvoreamos la superficie de trabajo con harina y extendemos la masa con un rodillo formando un cuadrado de 40x40 cm y 3 mm de grosor. Repartimos el relleno en dos tercios de la masa. Doblamos la parte sin relleno hacia el centro y traemos el otro lado también al centro, consiguiendo así un tríptico. Lo dejamos reposar 10 minutos.

Por el lado más corto iremos haciendo tiras de 1 cm de ancho. Retorcemos la tira sobre sí misma y creamos una espiral, metiendo el extremo exterior final por la parte de abajo del bollito. Los colocaremos dejando espacio entre ellos sobre una bandeja con papel sulfurizado o lámina de silicona, lo que prefieras. Llevan un reposo de una hora para que cojan volumen, pero no es necesario que se hinchen demasiado porque corremos el riesgo que se sequen. Pincelamos con huevo batido y al horno fuerte, 2500 durante 12 minutos aproximadamente, lo que tarden en coger color. Tienen que estar blandos cuando los saques del horno.

Aunque la tentación de darles un bocado sea grande, debes esperar a que se enfríen antes de poder disfrutar de ellos. No te comerás uno solo, yo normalmente, ¡me los como a pares!

Musaca de arroz

Musaca de arroz

La musaca es un plato delicioso atribuido a Grecia, pero lo que traigo no es una musaca formal. De hecho pensé en inventar un nombre aunque finalmente desistí. Digamos que es una musaca que versioné como tanto me gusta hacer y así los puristas no se pueden enfadar.

En lugar de la berenjena pondremos calabacín, la carne será de ternera, añadimos arroz y queso. Sí, la vida con queso es una vida mejor. Por eso no es muy ortodoxa que digamos, pero rica es un montón. Y el segundo día está aún más deliciosa.

  • Ingredientes

    • 250 g arroz
    • puerro o caldo de verduras
    • sal
    • 400 g carne de ternera picada
    • 400 g salsa de tomate
    • vino blanco
    • 1 calabacín grande
    • ras el hanut
    • 15 lonchas queso gouda
    • queso rallado
  • Raciones: 4

  • Duración: 1,5 horas

  • Dificultad:

Elaboración

Necesitamos una fuente de horno de tamaño medio. Usé mi fuente básica para este tipo de platos, mide 30 x 20 cm, porque así ya tengo la medida y logro no hacer comida para el edificio.

Comenzamos haciendo el arroz, ya sabes doble de agua que de arroz, a menos que utilices alguno que necesite más. Si tienes caldo de verduras guardado mejor, más sabor le dará. Esta vez le añadí al agua una rodaja de puerro de unos 3 dedos y sal. Lo dejé al fuego unos minutos antes de echar el arroz para que cogiera más sabor. Reservamos.

A continuación, mezclamos la carne picada con el vino en una sartén, luego añadimos el tomate. Dejamos al fuego unos 10 minutos a fuego medio removiendo de vez en cuando. Reservamos.

Encendemos el horno a 1800C.

Pelamos y cortamos el calabacín en rodajas no muy finas para que tengan consistencia. No lo voy a cocinar previamente.

Capa de calabacín
Capa de calabacín

En la fuente para horno colocamos una capa de arroz, una de carne, la siguiente de calabacín, espolvoreamos el ras el hanout y capa de queso. Repetimos dos veces más y finalizamos con queso rallado para gratinar.

Metemos al horno ya caliente en la segunda posición desde abajo y dejamos unos 20 minutos. Subimos de posición y los dejamos 5 minutos más para que coja más color si es necesario. Sacamos, dejamos reposar y a disfrutar.

Arroz tailandés con leche de coco

Arroz tailandés con leche de coco

Me está gustando esto de comprar un ingrediente nuevo y luego realizar una receta. En esta ocasión tocó leche de coco. Así que buscando por Internet encontré varias opciones y de ellas nació esta deliciosa receta: arroz tailandés con leche de coco.

Normalmente cuando veo recetas con ingredientes no habituales en mi despensa o en mis centros de compra la descarto. Sin embargo la búsqueda de nuevos sabores y platos me han llevado a ampliar la despensa. Por suerte cada vez es más fácil encontrar ingredientes del mundo cerca de casa. Anímate a probarlos y descubrir nuevos sabores.

  • Ingredientes

    • 400 g arroz jazmín
    • 450 ml leche de coco
    • 400 ml agua
    • 12 g curri*
    • 1 zanahoria grande
    • ¼ col grande
    • 60 ml salsa de soja baja en sal
    • aceite de oliva
  • Raciones: 4

  • Duración: 1 hora

  • Dificultad:

Elaboración

Comenzamos este arroz tailandés lavando el arroz jazmín tal y como indican sus instrucciones. Huele muy rico y no, no le añadimos sal. En un caldero echamos la leche de coco y el agua. Añadimos el arroz lavado y el curri, dejamos hervir teniendo en cuenta la recomendación de 12 minutos del arroz.

Lavamos y cortamos la verdura. La zanahoria la hice parte en tiras y la otra en tacos. La salteamos en una sartén con un chorro de aceite. Añadimos al arroz ya hecho. Cortamos en tiras la col, salteamos e incorporamos al arroz. Echamos la soja y removemos todo al fuego durante un minuto. Retiramos y a disfrutar de un delicioso plato.

Notas: *El curri utilizado, tikka, fue adquirido en Lidl. Es una mezcla de ajo, pimiento, canela, jengibre, cebolla, cilantro, pimienta negra, chile, cardamomo, hojas de cilantro, comino y clavo. Para mí con 12 g era suficiente sabor, pero es probable que sea suave para otros paladares. Recomiendo probar y decidir si lo quieres más intenso o no. Yo fui probando y añadiendo al gusto.