En septiembre aprendí a hacer pan de muerto y me gustó mucho. Lo conocía pero no había tenido ocasión de probarlo, así que ya puestos decidí que fuera mi receta para Halloween de este año tan raro que vivimos. Un pequeño homenaje desde aquí a todos los que el Covid se ha llevado.
El pan de muerto se puede hacer del tirón, pero siempre que es posible, prefiero darle tiempo porque he aprendido que la paciencia tiene sabor y recompensa.
La receta es de Daniel Jordá, una de las tantas que nos ha enseñado y de las muchas que espero que vengan.
No te diré que es fácil. Hay que estar muy atento y no tener prisa.
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Ingredientes
- Prefermento
- 30 g agua
- 0,1 g levadura seca
- 50 g harina de fuerza
- Reposo 8 horas a 20 / 22 ºC
- Masa
- 250 g harina de fuerza
- 60 g azúcar blanca
- 6 g sal
- 75 g huevo
- 50 g leche entera
- Todo el prefermento
- 7 g levadura seca
- 85 g mantequilla sin sal
- Ralladura de una naranja
- 5 a 10 g licor (o agua de azahar)
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Raciones: 2 panes de 300 g
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Duración: 36 horas
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Dificultad:
Elaboración
Vaya por delante que este pan de muerto se puede hacer a mano, pero yo lo he hecho con ayuda de mi robot de cocina. Si te animas a amasarlo tú, la incorporación de ingredientes lleva el mismo orden, salvo con la mantequilla que la puedes poner más de golpe. Puedes ayudarte de un palo para el estirado de la masa y la incorporación de ingredientes.
Prefermento lento para el pan de muerto
La noche previa a cuando quieras amasar, mezcla con el agua, la levadura y luego la harina. Se te formará una bola durita. Déjala en un táper cerrado durante unas 8 horas* a temperatura entre 20 y 22º C máximo. Esta vez la dejé 13 horas porque puse menos levadura y hacía fresquito.
Por la mañana estará aireado y la con la parte superior abombada hacia arriba.

Amasado del pan de muerto
Todos los ingredientes deben estar fríos para que la masa vaya mejor a lo largo de todo el proceso.
Comenzamos pesando y cortando en trozos la mantequilla. La dejamos en la nevera.
Vamos a empezar la mezcla con ayuda de la pala del robot de cocina, harina, sal, azúcar, prefermento, levadura, huevo y la leche. Batiremos hasta conseguir el desarrollo del gluten, necesité unos 25 minutos de amasado dejando algunos minutos de reposo para que la masa se relajara.
Recuerda hacer la prueba de la membrana tras un reposo para asegurarte que el gluten está desarrollado y nuestro pan de muerto tenga estructura para aguartar la mantequilla. Para hacer la prueba, coge un trocito de masa y empieza a estirarlo haciendo como un cuadrado. Debes poder estirarla hasta dejarla muy fina, ver como hebras que cruzan la masa y al romperse debe harcerlo formando un círculo.
Metemos en la nevera el bol con la masa y el gancho, con el que trabajaremos a continuación, durante 10 minutos.
Continuamos el proceso con el gancho y a velocidad baja. Dejamos que la masa se haga bola en el gancho y vamos a ir añadiendo trozos de mantequilla poco a poco. Es importante que la masa no se suelte ni se desparrame por el bol. Si eso empieza a pasar, para el proceso y mete el bol con todo en la nevera 10 minutos.
Una vez incorporada toda la mantequilla, amasa unos minutos más. Incorpora la ralladura de naranja y el licor o agua de azahar. Yo puse 4 g de ron y 4 de agua de azahar. La masa tendrá un aspecto así:
Deja que repose en un bol tapado hasta que arranque el levado, serán unos 45 minutos y deja tapada en la nevera hasta el día siguiente.
Día del horneado
Por la mañana, saca la masa y deja atemperar entre 30 minutos y una hora, el tiempo dependerá de lo que tarde es dejarse manipular. Es una masa con mantequilla y estará durita, pero se maneja bien.
Mi masa en conjunto pesó 600 g y la dividí en dos piezas de 300 g. De cada bola saqué dos piezas de 25 g para los huesos que se cruzan y 5 g para la cabeza. Esas 6 piezas déjalas en la nevera mientras formamos con suavidad cada bola y la dejamos ya en la bandeja donde vayamos a hornear.
Para hacer los huesos según salen de la nevera, estiramos la pieza y marcamos tres dedos en la tira como se ve en la foto. De esta forma el centro del hueso queda plano para que se crucen las dos tiras y la cabeza quede bien encajada. La hacemos rodar mientras marcamos. Colocamos y pincelamos con huevo sobre la bola de masa. Repetimos con la otra tira y la cabeza será solo la pieza de 5 g redondeada. Pon unos granitos de azúcar que ayude a pegarla. Pincela todo con huevo. Deja el pan de muerto ya montado en un lugar sin corrientes como el horno apagado y espera hasta que casi doble su tamaño. ¿Cuánto tiempo? Pues dependerá de la temperatura que tengas. Yo lo he dejado 3 horas y hubiera ido mejor si lo hubiera dejado más porque me greñó un poco.
Cuando haya incrementado bien su tamaño, enciende el horno con calor arriba y abajo a 160º C. No lleva vapor ni aire.
Hornea hasta que se dore bien. En mi caso necesité 28 minutos.
Saca y deja enfriar en una rejilla. Tradicionalmente el pan ya horneado se pincela aún caliente con mantequilla y azúcar, pero me gusta más tal cual.
Notas
* Para el prefermento puedes jugar con la cantidad de levadura, seca o fresca, en función de la temperatura y el tiempo que puedas dejarlo.
Asegúrate de que se forme bien el gluten. Insisto en ello porque de no lograrlo el pan no tendrá la estructura suficiente para soportar la mantequilla y se quedará plano. He visto elaboraciones en las que los aplastan, pero me quedo con los redonditos.
La miga tendrá un aspecto así y ya verás que no podrás parar. En casa no dura mucho, pero hasta el día siguiente me ha aguantado bien.
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