Este fin de semana pasado venían unos amigos a casa así que me propuse hacer algo nuevo, sencillo y agradecido. En la focaccia encontré la respuesta. La he preparado básicamente según una receta de Ibán Yarza.
He hecho tres modificaciones: una por gusto, otra por tamaño y la tercera porque definitivamente el horno calienta mucho. Por lo que he visto a la focaccia se le echa aceite por encima cuando ya está lista, pero hice una así y no me gustó, era excesivamente grasa. Respecto al tamaño, la cantidad original de la receta desborda la bandeja así que tuve que dividirla en dos. Así que tras unos ajustes en el primer intento, la segunda fue rodada y es la que te traigo aquí.
La peculiaridad de esta receta es el uso de la biga, un prefermento como una masa madre, pero de menor complejidad. Apenas lleva unos minutos dejarla hecha y el aporte a la focaccia se agradece. Lo ideal es prepararla con antelación entre 16 o 24 horas.
Dicho esto, vamos a pringarnos un poco.
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Ingredientes
- Biga
- 70 g harina de trigo
- 33 g agua
- 0,35 g levadura seca
- Masa
- biga preparada
- 225 g harina de trigo
- 170 g agua
- 50 g puré de papas
- 6 g sal
- 1,16 g levadura seca
- 125 g queso de cabra
- 5 tomates cherry
- 7 aceitunas
- orégano
- albahaca
- aceite de oliva
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Raciones:4
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Duración: 3 horas
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Dificultad:
Elaboración
Para la preparación de este pan de origen italiano, vamos a empezar por la biga. Mezclamos los tres ingredientes amasándolos en un bol. Formamos una bola, tapamos y que repose en la nevera.
Al día siguiente en un bol añadimos a la biga el resto de ingredientes. Amasamos todo hasta que se integren. Podemos hacerlo del tirón o con reposos de 5 minutos que nos faciliten la tarea. La masa es húmeda y pringosa, pero como se amasa en el bol no es tan difícil.
Lo siguiente que haremos es untar una tarrina o táper con aceite para dejar que la masa repose. Al meterla haremos dos pliegues formando un tríptico. Dejaremos 30 minutos de reposo.
Pasado este tiempo volvemos a plegar de igual forma y dejamos 1 hora más de reposo. Suelo dejarlo dentro del horno porque así la masa se resguarda de corrientes.
Tras este tiempo, preparamos la bandeja de horno. Sobre un papel de horno o lámina de silicona apta, echamos aceite que extenderemos por toda la bandeja. Volcamos la masa con cuidado de no rasgarla y la extendemos. Luego plegamos la parte superior e inferior hacia el centro. Lo mismo con los lados y le damos la vuelta para que las uniones queden sobre la bandeja.
Estiramos la masa y marcamos los dedos. Dejamos reposar 10 minutos tras los que volvemos a estirar y marcar los dedos, preferiblemente en el mismo sitio. Para mi gusto con el aceite que ya tenemos en la bandeja es suficiente, pero he visto que se le sueñe añadir más en este momento. Lo hice una vez y no me gustó porque quedó demasiado aceitosa.
Finalmente colocamos el queso de cabra, las aceitunas y los tomatitos cortados en rodajas, presionando en la masa. Añadimos orégano, albahaca y al horno.
El proceso de horneado se hace en tres fases:
1. Encendemos el horno a 220° y colocamos sobre la base del mismo un molde resistente. Cuando esté caliente y metamos la bandeja del horno con la focaccia en la posición 2, echamos un vaso de agua caliente en el molde. Horneamos durante 10 minutos.
2. Retiramos el molde del agua y dejamos otros 10 minutos.
3. Bajamos la bandeja una posición y la temperatura a 200° . Dejamos entre 5 y 10 minutos para que la base se haga bien y quede crujiente.
Para entonces ya estará con ese tono dorado también en la base. Ya solo queda lo mejor, ¡a comer!
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Rico rico…a ver cuando me pringo los deditos y hago una, todo es ponerse, pero aún me tengo que preparar.
Muackisssss