Esta receta de pastel de queso japonés fue amor a primera vista. La esponjosidad me sedujo y el resultado ha superado con creces mis expectativas. Espero que te guste tanto como a mí.
Como referencia te diré que para un molde de 18 cm de diámetro y 9 de alto, es mucha masa. Haría falta uno más ancho o poner papel de horno que permita que suba. Le dejo unos 10 cm sobresaliendo y me aseguro así que soporte lo que pueda subir.
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Ingredientes
- 100 g de leche entera
- 55 g de mantequilla sin sal
- 110 g de azúcar blanca
- 20 g azúcar morena
- 450 g de queso crema
- 5 huevos L
- 60 g de harina de trigo
- 20 g de almidón de maíz (Maicena)
- 1/2 cdta. de cremor tártaro
- Una pizca de sal
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Raciones: 12 - 16
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Duración: 1,5 horas
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Dificultad:
Elaboración
Pesamos todos los ingredientes, tamizamos los ingredientes en polvo, separamos las yemas de las claras y preparamos el molde. He probado con spray antiadherente y con papel de hornear. El papel da el mejor resultado porque, aunque el lateral queda hundido puedes sacarlo fácilmente del molde. Sin embargo, al untarlo sigue quedando algo pegado y se te puede estropear al sacarlo.
Comenzamos. En un bol ponemos la mantequilla cortada en trozos y los dos tipos de azúcar. Batimos hasta que se unifiquen. Calienta la leche y cuando vaya a hervir viértela en el bol. Bate despacio con la batidora hasta obtener una mezcla homogénea, así evitarás que todo acabe salpicado.
Encendemos el horno a 150ºC con calor arriba y abajo.
Agregamos el queso crema y las yemas, y seguimos batiendo hasta que no queden grumos. Añadimos entonces la harina y el almidón de maíz, que removeremos para conseguir una masa uniforme.
En otro bol montamos las claras a punto de nieve con la pizca de sal y el cremor tártaro. Una vez bien montadas las añadimos a la mezcla de queso y con una espátula las mezclamos con movimientos envolventes suaves para que no bajen. Es importante para la textura final que las claras se mantengan.
Volcamos en el molde con cuidado y lo metemos al horno en la segunda posición desde abajo durante una hora y cuarto, aunque depende ya no solo del horno sino del molde. Como siempre, para asegurarnos pinchamos la masa en el centro y solo si sale limpio podemos sacarlo. Lo dejamos sobre una rejilla hasta que esté tibio y entonces desmoldamos con cuidado porque es muy blando y esponjoso.
La tentación de probarlo es grande, pero deja que se enfríe por completo.
Notas:
- Como es habitual, tiene un poco menos azúcar que la original, pero nadie me ha dicho que le falta. Por si quieres el dato, la receta decía 150 g de azúcar.
- Cremor tártaro o gasificante. Básicamente es para la consistencia de las claras.
- La receta del pastel de queso japonés que seguí es de Miriam García, del ebook de tartas de queso de María Lunarillos.
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¡Hermosa belleza!
Como cabe esperar, una sutil delicadeza.
Tierna y suave dulceza.
Tendré que hacer la proeza
de disfrutar así de la naturaleza.
Proeza la mía,
más bien osadía
de dar una respuesta en verso
a esa alegoría.
Así que mejor, lo dejo.
Muchas gracias y espero que tengas la ocasión de disfrutarlo. ¡Merita la pena!
Es una de esas recetas que no me atrevía a hacer hasta que alguna persona de confianza de asegurase que vale la pena. ¡Ahora ya se que la haré dentro de poco.!
Pues me alegro de ser persona de confianza y sobre todo de animarte a hacerla. Esto para ti es un paseo de receta y te va a quedar estupenda.